lunes, 15 de abril de 2013

Las Mujeres construirán la Gran Alianza Transformadora

Una Idea Compleja
Exponer que la cohesión social debe ser el propósito final y último de la economía. Que debe estar al servicio del bien común, es sin duda mostrar una idea compleja. Tanto, que el intento de hacerla realidad nos parece tan imposible que por más que estemos de acuerdo con ella, renunciamos tácita o explícitamente a su ejecución. Son tantas, y de tal calibre, las falsedades que el neoliberalismo ha integrado en nuestro pensamiento que ha conseguido su objetivo último, que sus mentiras ya sean nuestras verdades. Que cada vez que nos acercamos a la economía su determinante “mujer loba para la mujer”, lo presida todo, y que el bien particular resulte absolutamente soberano sobre el interés colectivo.
Y todo eso pasa sin reparar siquiera en que los constantes avances sobre el conocimiento de la conformación del ser humano nos indican que estamos vitalmente preparados para la cooperación, ya que ha sido sobre la cooperación sobre la que hemos construido nuestro entero progreso como especie.
 

Un acto simple
La inmensa complejidad del engranaje económico no puede ocultar que descansa sobre un acto que es tan simple como lo es adquirir un producto. En este mismo momento, en el mundo, se están produciendo miles sino millones de actos de consumo. Aunque pensemos únicamente en el supermercado, como vamos a hacer, podemos afirmar que ahora mismo millones de mujeres están adquiriendo en él productos que necesitan para ellas y sus familias.
Un triunfo inapelable del neoliberalismo ha sido la desconexión absoluta de este acto simple de consumo del conjunto social en el que se desarrolla. Puesto que el producto es para la persona o su familia, solo importa la relación entre ese producto y su compradora, de forma que no haya nada más. Esto es absolutamente falso, detrás de cada producto del supermercado hay mucho más, y paradójicamente detrás de cada producto está la misma mano que puede estar ahogando a su compradora, cerrando un círculo perfecto y perverso donde parece que nada puede hacerse. Cada vez que una mujer alarga su mano para coger del estante un producto está mostrando su acuerdo con todo lo que él contiene, y muy a menudo lo que ese producto lleva dentro, además de su precio, no es otra cosa que una larga cadena de dolor.
Si esa mujer pudiera visualizar todo lo que ha sido necesario para generar ese producto que se dispone a consumir, quizás no diera crédito a lo que sus ojos le muestran. Todo aquello que ella considera buena para sí misma y para sus hijos, todo lo que trata de enseñarles cada día, simplemente se desvanece: La libertad, la verdad, la igualdad, la educación, el respeto, el cuidado de las personas y la cooperación se van y hacen su aparición cuestiones mucho más oscuras como son el dominio dictatorial, la corrupción, el tráfico de influencias, una profunda desigualdad, el interés mezquino que mueve a la guerra económica o el absoluto predominio del poder financiero.
Alimentamos y vestimos a nuestros hijos con productos que contienen justo los valores contrarios con los que tratamos de educarlos. Lo hacemos porque esos productos son capaces de ocultar la enorme cadena de dolor que les hace llegar a nuestras manos. Quizás sea hora de desnudarla. Son las mujeres las que pueden decidirlo así.
 

Unidas por un propósito
En innumerables ocasiones saludar que un producto baje de precio no significa otra cosa que aplaudir que su cadena de dolor se haya hecho más fuerte, más grande. Desde luego puede ser cierto que mejoras productivas, que mejoran los precios, se deban a progresos organizativos y tecnológicos, pero también lo es que muy a menudo se basan simplemente en que las personas que trabajan para generar esos productos tengan salarios bajos y cuentan con una muy baja protección social (o simplemente ninguna). Eso sí, suelen ser personas que nacen, sufren y mueren en otro lugar del mundo. Lejos de nuestra vista.
El acto de consumo puede seguir indefinidamente así, como quiere el poderoso, de forma que quién consume reclama para sí educación, sanidad, justicia y protección social mientras le da absolutamente igual si quien ha tenido que ver con ese producto no tiene ninguna de ellas.
Despertar de ese macabro proceder significa darse cuenta real de que nunca habrá realmente nada para unas pocas, si no lo hay para todas. Esa conciencia es el primer y gran paso para la Gran Alianza. Si, de una vez, los hijos de cualquier madre del mundo tiene los mismos derechos y oportunidades, exactamente los mismos. Si la cadena que compone cada producto en lugar de un oscuro dolor es capaz de contener todo aquello que las madres quieres para sus hijos, que puedan desarrollar todas sus potencialidades y que puedan aprovechar todas las oportunidades.
Reclamar activamente “La Homogeneidad Universal de las condiciones de Generación de la Oferta” es una respuesta efectiva. Ese es el propósito y cuenta con una referencia clara: La Declaración Universal de los Derechos Humanos. La mano de una mujer debe negarse a tomar del estante un producto que no cuente con plenas garantías, hasta en la más ínfima de sus materias primas, de que en todos sus procesos se ha respetado y alentado el pleno desarrollo de los Derechos Humanos.
 

Generarán Consecuencias
Si en la base sobre la que descansa todo el sistema, en los supermercados, millones de manos de mujeres solo eligen productos valedores de los Derechos Humanos, eso tendrá una enorme transcendencia transformadora.
Es fácil observar cómo se intenta hacer que las miradas se desvíen de lo esencial, como un país que no respeta los derechos humanos se convierte en un gran exportador gracias a su buen precio. Con qué simplicidad se le dice a la mujer que lo olvide todo a favor de ese precio, absolutamente todo. Que ese precio le ayuda a llegar a final de mes, lo que no se le dice es que la cadena de dolor de ese producto también alcanzará a sus hijos en forma de falta de oportunidades, de paro o de emigración.
Nos parece increíble que una mujer pueda llegar a decir: “no, no compro ese producto, los Derechos Humanos no están en su cadena”, y nos parece increíble cuando en realidad lo único que está diciendo es: “quiero para cualquier hijo de cualquier madre del mundo lo mismo que quiero para los míos”.
La primera gran consecuencia del acto consciente de compra es que la cadena se debilitará y por primera vez retrocederá. El poder de la persona consumidora ha sido más que demostrado, basta ver lo que ha ocurrido con el medio ambiente, ya nadie compra un producto si es consciente de que resulta perjudicado. Solo lo hace cuando la cadena de dolor es capaz de ocultárselo.
 

Y también generarán oportunidades
Si millones de manos dicen que sólo compran si los Derechos Humanos “están dentro” de los productos. Eso generará inmediatamente oportunidades para miles de empresas que sí van a ser capaces de “poner dentro” a los Derechos Humanos. No es cierto que no haya alternativa, es una mentira más en la que no hay creer. Es momento de rechazar de plano la cínica sonrisa de quién nos dice: “Soy tu tirano y no tienes otra elección real, eso sí, procuraré ser amable, siempre que las condiciones me lo permitan y además piensa que trabajo por el bien de todos”. Las diferencias entre los tiranos estriban en que en algunos lugares del mundo se ven forzados a ser “más o menos amables” así como a mentir acerca de su preocupación por el bien de todos, mientras que en otros, estas dos cosas simplemente no importan.
En el mejor de los casos, una mujer vota cada cierto tiempo, en el supermercado está votando cada día y con cada producto. La posibilidad de alinear sus creencias y sus actos son infinitamente mayores cuando conduce un carrito.
Las oportunidades serán para empresas capaces de generar bienes y servicios, concebidos, desarrollados, comercializados, y en suma, íntegramente ofertados desde el soporte a los valores definidos por la Declaración Universal de los Derechos Humanos.
 

Oportunidades para algunas empresas
No todas las empresas podrán “poner dentro” a los Derechos Humanos, alegarán que entre los más oscuros de los mercados se encuentran los de algunas materias primas y asimismo todos sufrimos lo que ocurre con la energía, ya que algunas empresas energéticas disponen de la piedra filosofal que les hace ganar dinero siempre, tanto si el precio final sube como si baja.
Serán algunas empresas pioneras, que con absoluta decisión, se van a poner al servicio de esas manos que exigen nuevos productos y servicios, que quieren alimentar, vestir, educar y cuidar a sus hijos con los mismos valores que les enseñan. Con los mismos.
Y esas empresas estarán lideradas por mujeres, y de ese modo se cerrará la Gran Alianza Transformadora.
 

El Resultado
La unión de una idea compleja: “la economía al servicio de la cohesión social y el bien común”, con un acto simple: “el consumo en un supermercado”. Es probablemente la que hoy dispone de mayor poder real de transformación social ya que su impacto es directo e inmediato y asimismo opera al margen de cualquier otra estructura.
Ya no se trata de cuidar el medio ambiente, ni de seguir con la pantalla construida por la responsabilidad social, ni tampoco de comprar necesariamente local. Se trata de preguntarnos, por ejemplo, no solo de donde viene la lechuga y como ha sido cultivada, sino de cómo está hecho el plástico que la recubre, qué materias primas (compradas donde) contiene la bandeja que la soporta, desde donde ha sido transportada y cómo y con qué repercusiones, y probablemente aquí no acaben las preguntas.
Sí, el resultado será enorme, porque esta vez la exigencia es integral, absoluta. Ninguna mujer educa a sus hijos para que les vaya más o menos bien en alguna cosa (medio ambiente) o como un bonito detalle marginal (responsabilidad social), sus hijos son educados para que les vaya bien en todo, enteramente como personas.
 

La Gran Alianza
La Gran Alianza supone la unión del propósito y visión de mujeres empresarias y directivas con mujeres consumidoras. Las primeras generarán las condiciones para que las segundas puedan satisfacer sus necesidades de la forma que quieren. Es, sin duda, una Gran Alianza.
Cuando la Tierra ruge, cuando la balanza está a punto de inclinarse del lado oscuro, pueden ser sus hijas las que decidan dar un paso al frente, si deciden que cada madre sea realmente la madre de todos los hijos del mundo.



Marià Moreno
Humanista


Esta comunicación recoge ideas expuestas en el “Relato General de los Nuevos Tiempos”, trabajo del mismo autor donde se detalla la factibilidad del tránsito y de la transformación.

jueves, 27 de septiembre de 2012

Vender. Conversar. Vincular


Un comprador toma un producto y paga su precio, una venta acaba de producirse. Esa venta se ha producido porqué vendedor y comprador han mantenido una conversación. En ocasiones es una conversación realmente corta, llena de oportunidad, y en otras es mucho más larga, llena de palabras.

Sí, vender es el producto de una conversación. Una conversación donde el vendedor muestra todos sus argumentos y el comprador expone cual es su necesidad y cómo quiere satisfacerla.
Si queremos que la venta se repita, el contenido de esa conversación es fundamental y también lo es su extensión.

¿Es una conversación corta? Una conversación donde hay poco de que hablar, o incluso de una sola cosa, el precio. Es una conversación que vende, desde luego, pero es una conversación que el comprador puede mantener con cualquier otro vendedor que hable con esas mismas palabras.

¿Es una conversación más larga? Una conversación donde se habla de más cosas además del precio. Esta conversación también vende y “hablar de más cosas” puede ser una  oportunidad para que el comprador ya no pueda, ni quiera, mantenerla con otro vendedor.

Si hablar de más cosas tiene que ver con la razón y solo con ella, eso está bien pero es probable que haya otros vendedores capaces de hablar con palabras iguales o muy parecidas.

Si hablar de más cosas tiene que ver con la emoción, con construir una relación, hacerlo es más difícil pero ya no es tan probable que otros vendedores sean capaces de decir lo mismo. Ahora bien, emoción y construir una relación solo repiten la venta si sirven para crear vínculos, ya que son los vínculos con la persona compradora los que la llevan a repetir las compras una y otra vez.

Contenido de la Conversación
Poder de la Conversación
Oportunidad
Vende una vez
Palabras que tienen que ver con la razón
Vende pero no asegura repetir la Venta
Palabras que tienen que ver con la emoción y construir una relación
Vende pero sin crear vínculos no asegura repetir  la Venta
Vende y si crea vínculos repite la Venta

No hay venta sin conversación, y si esa conversación genera vínculos con la persona compradora, trae más ventas, por eso es vital que las conversaciones sirvan para crear vínculos y también para mantenerlos. 


Marià Moreno
Socio Director
Building Communities

viernes, 21 de septiembre de 2012

Generar Comunidad

Desde mi nave he pasado los últimos tiempos observando atentamente a los humanos. Encuentro que son seres curiosos e interesantes: al principio parecen complicados pero cuando comprendes lo que les mueve se les entiende con mayor facilidad. Tienen un cerebro grande, y quizás es esto lo que los hace tan complejos y, a veces, tan simples.

Últimamente me he fijado en eso que llaman empresas, que creo que no son otra cosa que un grupo de personas vinculadas por una actividad, hay personas dentro de la empresa y también las hay fuera. A veces ese vínculo es muy grande y eso les permite compartir emociones y conocimiento, pero a veces es muy pequeño y se limita tan solo a intercambiar algo por algo. El resultado de los intercambios derivados del vínculo se anotan en una cuenta que justamente se llama “cuenta de resultados”, y pienso que son las personas las que realmente hacen esa cuenta, sin las personas la cuenta no tendría nada que contar.

Observando las empresas, una cosa me ha llamado la atención. Algunas empresas parece que vayan a desaparecer mañana ya que todo lo hacen pensando en el corto plazo, mientras que otras empresas tienen mucho más en cuenta el largo plazo. Veo también que algunas han puesto el foco en las personas, las de dentro y las de fuera.  Sus responsables se han dado cuenta de que sí son realmente lo más importante. Me atrevería a apostar a que en esas empresas las personas se sienten mejor y encuentran más sentido en lo que hacen, las de dentro, y también en lo que compran, las de fuera.

Al principio, los seres humanos me parecían un tanto aburridos. Pero ahora he visto que son capaces de hacer las cosas más grandes cuando sienten que pertenecen a una Comunidad y que eso también pasa cuando en una empresa que sabe ser y hacer como una Comunidad. Y, ahora que no me oyen el resto de habitantes del Universo, puedo afirmar que las personas se han convertido en mis seres preferidos.

martes, 18 de septiembre de 2012

Trabajo con Sentido

Hoy, como muchos días, he hablado con mi madre. Ella me ha preguntado por mí trabajo. No es extraño, lo hace a menudo y desde hace tiempo, sabe que para mí el trabajo es importante, y no solo desde que tengo eso que se llama responsabilidades, para mí el trabajo siempre ha sido importante y creo que también para muchas de las personas que trabajan conmigo.
Todos los días me levanto muy pronto para ir a trabajar. Me ducho, me visto, desayuno y digo adiós a mi familia. De camino al trabajo escucho la radio y pienso en el día que tengo por delante.  La mayor parte de ese día la pasaré con personas que, como yo, también estarán   gran parte de su día en la empresa.
Conozco a todas esas personas, a cada una, y cada vez que tengo ocasión procuro hablar con ellas sobre cómo vamos, ellas están acostumbradas a que lo haga, saben que me interesa su opinión. Tengo la costumbre de enviarles  información periódicamente, una de las cosas que hago es enviar cada trimestre una síntesis de la cuenta de explotación, y aprovecho ese envío para pedirles ideas.  Desde luego, es cierto que no todo el mundo se implica, pero sí he podido comprobar que una vez que las personas comprueban que son escuchadas, suelen decidir participar de forma activa. Hace un tiempo, con ayuda del informático, creamos un Foro Permanente donde se puede hablar y debatir un poco de todo, sin problemas y por supuesto se  admiten críticas. He aprendido que casi siempre hay que tomar buena nota de una crítica.
Justamente en el  Foro Permanente surgió el germen de la idea de nuestro nuevo producto, en el que tenemos puestas muchas esperanzas. Todos los directivos hemos confesado que nunca se nos hubiera ocurrido algo así, pero ahí estaba, una persona “de las de abajo” supo ver la oportunidad y sobre todo, tuvo ganas e ilusión de transmitirla. Creo que el Foro se ha convertido en una parte esencial de nuestra empresa. Es algo que nos hace ver que cuando compartimos, cuando hablamos y nos sentimos escuchados, el resultado es que el trabajo de todos tiene mucho más Sentido. Podemos sentir que juntos hacemos algo más que trabajar.

viernes, 14 de septiembre de 2012

Compras con sentido


Miró a su alrededor y recordó lo que le dijo su primer cliente, aquel que entró poco después de que abriera la Tienda. “Tienes que bajar los precios, al lado venden más barato y nadie te conoce por aquí.” Él era nuevo y le hizo caso y bajó los precios. Aun así, había pasado casi un año y no había conseguido que su Tienda arrancara, si seguía así tendría que pensar en dejarlo.

Recordó también como aquel primer cliente regresó justo cuando había decidido cerrar. Había envejecido algo y tenía el aire sereno de quién ha aprovechado el tiempo viendo muchas cosas. Con su estilo directo le dijo que había estado viajando por el mundo y que había visto cerrar muchas tiendas. “Pensé que las personas no compraban por los precios altos. Pero no. Lo que pasa es que los vendedores no les hablan al corazón”.

Reflexionó y se dio un tiempo más antes de echar la persiana definitivamente. Pensó que conocía a casi todas las personas de su alrededor y que sus precios no eran tan altos. Observó a esas personas, habló con ellas y esta vez intentó saber más de su vida. Él también les contó de la suya y entonces, se le ocurrió algo.

Miró de nuevo a su alrededor, comprobando satisfecho los resultados de su idea: Cada de una de las cosas que vendía tenía una pequeña etiqueta hecha a mano, por él mismo, y en cada etiqueta había un nombre. Eran los nombres de sus clientes, de sus Personas Clientes. Las estanterías estaban llenas de nombres, llenas de personas.

Pronto ya no hizo falta pensar en cerrar nada, en poco tiempo estuvo claro que comprar en aquella Tienda tenía Sentido para sus Personas Clientes y que la Tienda seguiría abierta mientras las personas encontraran Sentido en ella.

miércoles, 12 de septiembre de 2012

Comunidad de Proximidad


Nosotras ya lo sabíamos, que por algo nos saludábamos en la calle, sabíamos que éramos vecinas, que todas vivíamos bien cerca de la Tienda, donde, por supuesto, también nos saludábamos.

Pienso que todo empezó cuando la Tienda decidió ser algo más que una tienda, decidió ser también una vecina del barrio, pero no una vecina cualquiera, no, sino una muy activa, muy próxima, como en la misma Tienda les gustaba decir.

Se notó, sí, porque poco a poco la Tienda apareció haciendo más cosas, aquí mismo, junto a nuestras casas y cada vez en más lugares que no eran la Tienda. Poco a poco la presencia de la Tienda en el barrio se hizo como más grande y desde luego dejó de ser una tienda más.

Yo diría que lo ha conseguido. Sí, ahora la Tienda es, sin duda, toda una vecina, una buena vecina, y creo que todavía es un poco más, algo así como uno de nuestros referentes, y desde luego la Tienda también es un poco de todas, es algo nuestro. Creo que la prueba es que cuando le preguntas a alguien qué hay en el barrio, prácticamente siempre sale el nombre de la Tienda. Ya digo, es algo de nuestro barrio, algo que sentimos como propio.

En la Tienda dicen que están tratando de construir su Comunidad de Proximidad, puede ser, lo que sí creo que están haciendo es construir algo con nosotras, algo bueno para todas.

miércoles, 25 de julio de 2012

Cercanos y solidarios

La situación de este país no está como para tirar cohetes. El panorama del futuro próximo se antoja bastante oscuro y no contempla mejoras en lo que respecta al empleo, el consumo y la reconstrucción del tejido empresarial que debería liderar la recuperación económica. La ecuación fordista de mejores condiciones de trabajo y más ingresos igual a una economía creciente no casa con la espiral de recortes y disminución de poder adquisitivo que marcan las decisiones de los políticos. Confusión, impotencia y energía malgastada: tres expresiones para dibujar el estado de ánimo actual de muchos ciudadanos de a pie.

Este panorama, que bien podría llevar a la inacción tiene algunas consecuencias positivas que recojo como un bálsamo. Puede que leve, pero bálsamo al fin y al cabo. Me refiero a la cantidad de iniciativas que desde el ámbito privado se están tomando para hacer frente a la crisis. Iniciativas que toman personas con escasa formación en economía especulativa pero solemos demostrar un cierto sentido común, unos valores y un raciocinio que hoy parecen desterrados de la arena política europea.

Ahora es el momento donde quizás las redes tradicionales que han sostenido históricamente la sociedad de nuestro país adquieren un nuevo relieve. La familia, la vecindad y las amistades emergen de nuevo como el soporte preferente para muchas personas que han visto cómo sus vidas han dado un vuelco con la crisis. Las familias ven como sus vástagos vuelven a casa por no poder hacer frente al pago de hipotecas, los vecinos echan una mano a personas que no pueden cuidar a los niños o los ancianos y los amigos se han convertido en una suerte de agencia improvisada de empleo. La solidaridad se canaliza ahora y de manera natural a pequeña escala, dentro del entorno cercano y próximo.

Ante esta situación dónde la asistencia social estatal es menguante y el protagonismo de las redes y núcleos sociales cercanos crece surge una pregunta. Una pregunta que apunta al papel de las empresas en este tejido solidario e íntimo. Que apunta a si estas organizaciones tienen capacidad, poder y voluntad de retornar a la sociedad algo de los beneficios que está les ha proporcionado.
Dejo dos links de iniciativas solidarias que a veces son un destello de optimismo en los diarios.

El Banc dels Aliments
La Fundació Banc dels Aliments, organización orientada a recoger y aprovechar todos aquellos productos alimentarios desechados por empresas y profesionales, ha recogido durante el pasado fin de semana 20.000 quilos de alimentos en las comarcas de La Costa Brava. Esta iniciativa ha contado con el apoyo de supermercados locales e, incluso, de turistas.

Red de Axuda
Esta plataforma online, impulsada por el Ayuntamiento de Pontevedra con el fin de aglutinar las demandas de productos y de ayuda de las Organizaciones No Gubernamentales de la Provincia, canaliza hoy aportaciones solidarias de alimentos, dinero y productos de primera necesidad. La demanda ha crecido desde que en 2008 comenzara la crisis: sólo en el último año, por ejemplo, la asociación el Club de los Leones ha pasado de repartir 60.000 quilos de comida a entregar 105.000. Hay más demanda, sí, pero también ciudadanos y empresas que se implican con los donativos.